martes, 9 de febrero de 2010

" EL PARO"

“EL PARO”



Voy a comenzar la historia
pero aquella de ficción
cuando en un paro golpista
se paro la producción.


Daban ganas de llorar
al escuchar los reportes
emanados por golpistas
conductores de aquel golpe


Aquello era una fiesta
con cantos y gritería
cada vez que se cerraba
la planta o refinería


Contaban con un jocoso
Humor negro, estrafalario
el cierre de muchos pozos
en cadena cual rosario


Las risas y morisquetas
expresaban por doquier
sin el mínimo respeto,
viendo al pueblo padecer


Dormidos en esa euforia
de extravagante placer
menospreciaron a un pueblo
que acababa de nacer


Se fue tejiendo el camino
de victoria proclamada
por el líder conductor
de aquellos días de gloria
con Chávez y aquella espada
escribimos esa historia


Las piedras, cacerolazos,
agresiones infinitas
amenazaban la vida
y aquellas luchas benditas


Atropellos, malostratos
e improperios permanentes
acompañaban al justo
que levantaba la frente


Esa bota imperialista
unida a los vendepatrias
Jamás nos derrocaría
del curso que nos trazamos
recuperar pdvsa
y el sustento del hermano.


Enfrentando a los golpistas
que acechaban por doquier
en las calles, en los muelles,
casas propias y de alquiler
llegamos a los destinos,
a los puestos de trabajo
y levantamos la frente
y el oligarca,¡ al carajo!


No me queda la menor duda
y me siento tan seguro
que aunque la historia sea cruda
escribimos el futuro

Porque si hubiera triunfado
la mano negra y traidora
quien sabe que pasaría
en esa tan mala hora


He comparado las luchas
de aquellos aciagos días
con las de la independencia
mal comparación la mia

Pero siento tanto orgullo
que no me cabe en el pecho
al empuñar la herramienta,
y cuanto pude en provecho
de la agonizante industria
herida de muerte en lecho

El que nos guiaba era Chávez
Bolívar en la retaguardia
Sucre en el lado izquierdo
y Manuela en la vanguardia


Que molleja e ´ batallón
acompañaba a este pueblo
poniendo rodilla en tierra
con sublime gallardía

Creo yo que nunca nadie
Ose siquiera volver
a posar la bota impía
sin temor a perecer.



Y finalizando ya
este pequeño relato
y aunque el paro no fue grato
y mi inspiración es mucha
quiero pedirle a mi pueblo
mantengamos esa lucha

Porque el traidor no descansa
ni descansa su estocada
levantemos pues la espada
de Bolívar. ¡Camarada!

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