martes, 9 de febrero de 2010

MANUEL, EL TURISTA INDESEABLE

MANUEL, EL TURISTA INDESEABLE


Se paseará sonriente por las calles de Perú, o cualquier país “amigo”de los que aun, en pleno siglo XXI, protegen descaradamente en sus territorios a terroristas, corruptos y ladrones, bajo la trillada patente de corzo de asilo político, condición ésta, que ha plenado el mundo de impunidades y traiciones a pueblos en nombre de la democracia y ha degenerado a los mas bajos niveles de complicidad con esta curiosa clase de delincuente de cuello blanco y potencial fuente de riqueza ambulante, al protegerlos con el nombre de perseguidos políticos u otro rebuscado seudónimo del ámbito “legal”.

El mundo esta cambiando a una velocidad inusitada, viejos paradigmas están cayendo y cambios estructurales en el contexto de las nuevas relaciones internacionales empiezan a aparecer en lo político, económico, social, cultural, diplomático, etc. que le dan preponderancia al respeto y la igualdad entre hermanos.

En lo político, se derriban murallas mediáticas entre los pueblos, los imperios buscan inéditas alianzas en el sur y se avizora una nueva era de reconocimiento y entendimiento entre gobiernos.
En lo económico, se levantan nuevos modelos y alternativas al capitalismo salvaje que ofrecen logros tangibles, fondos e inversiones de impensables latitudes ayer.
En lo social, cultural y diplomático, Venezuela se enorgullece de contar hoy con importantes embajadores alrededor del mundo, que desmontan matrices de opinión adversas de supuestas torturas, persecuciones y terrorismo, al contar con sublimes personajes como Dudamel y el maestro Abreu en la música, atletas como Magglio, Cabrera, Guillen, Santana, Milka Duno, Edwin Valero, La Vinotinto en fútbol, softbol, voleyball, Luís Brito García, y otros y ni hablar del integrador por excelencia Hugo Rafael Chávez Frías. Todos estos compatriotas son la nueva imagen del país de las garantías, de las oportunidades, de la justicia, del amor, de la amistad, de Venezuela.

Manuel se paseará sonriente por las calles de Perú o New York, pero será un turista indeseable mas, que cambió la grandeza de vivir en esta tierra de gracia, aunque contemplándola a través de los barrotes de su prisión, por pertenecer a los olvidados parias que lamentablemente continuarán engordando por viejos artilugios leguleyitos, las infames arcas del tesoro extranjero con la plata impunemente robada a sus coterráneos venezolanos.
Solo confiamos en Dios y en los cambios que felizmente comienzan a sentirse a nivel mundial, mas temprano que tarde, estas escorias humanas deben ser extraditadas a Venezuela y comenzar a pagar por los delitos cometidos ante la mirada cómplice de propios y extranjeros que tradicionalmente se colocan al lado de semejantes joyas.


Bon vojage…. Manuel

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