UN OXIGENO COSTOSO

La oposición respira de nuevo, luego de quedar boqueando el 2012. Apostaron todo el contenido del aire encapsulado, aunque envenenado, en todos sus partidos políticos, ongs y organizaciones con fines de lucro, para derrotar al régimen en las elecciones presidenciales y posteriormente en las regionales. En un tenue soplo de algunos seguidores, lograron a duras penas quedarse con tres gobernaciones, cuyas arcas desmanteladas por los propios “gobernadores”, quedaron “ingobernadas” durante el asueto navideño, mientras llenaban sus pulmones en paraísos extranjeros.

Lamentablemente para el chavismo, el líder conductor del proceso revolucionario Hugo Chávez en plena euforia victoriosa, recae en su enfermedad y tiene que ausentarse del país para su tratamiento en la hermana República de Cuba, dejando en el cargo al Vicepresidente Nicolás maduro, a todas éstas, la oposición ve la oportunidad anhelada para hacerse del poder, tantas veces esquivo, y como el demonio en formas humanas, representadas en los ojos saltones de Leopoldo López ,Capriles Radosnky, la mirada enrojecida de Maricori, las peludas cejas de Borges, las mofas de Ismael, que se relamen de emoción en un inocultable deseo de muerte, que se regodea con el sufrimiento ajeno (véanse escenas del exorcista parte I).

Un grupo de esa oposición demoníaca, aprovechándose del cáncer, del sufrimiento, de la tristeza de un pueblo, saca partido y oxígeno para arremeter contra las Instituciones y la voluntad inquebrantable de la mayoría, para atacar y tergiversar la Constitución, las leyes y vuelven por sus fueros como el 11 de Abril, atizando de a poco el infierno que vivimos los venezolanos en aquellos días. Hoy vuelven a atacar, a la Asamblea Nacional, al Tribunal Supremo de Justicia y a las Fuerzas Armadas, sin el menor remordimiento de conciencia, al ser protagonistas convictos y confesos en incendiarias guarimbas, paros, desestabilizaciones y muerte de inocentes en el pasado reciente, pero exonerados con tres insólitas sentencias: “No hubo golpe”, “Solo militares preñados de buenas intenciones” y un “curul en la Asamblea”. Con esa inmunidad parlamentaria se pasean los mismos que hoy, se alimentan de un oxigeno costoso.



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