“UNA CAMPAÑA CONTRA LA INTOLERANCIA”

A propósito de lo que ocurre en los estadios de beisbol, contra el grande liga “Potro” Álvarez y como ocurrió contra Magglio Ordoñez, debemos organizar una campaña contra la intolerancia, el racismo y la exclusión entre los venezolanos. Es necesario una avanzada de saneamiento mental de compatriotas, que se cuelan como células cancerígenas entre nuestro hermoso pueblo, para dividir y sembrar un odio metastásico entre hermanos de un mismo país. Existe una campaña contra el Sida, el cáncer de seno, las guerras, el apartheid, la homofobia, la pederastia y tantas otras amenazas contra la humanidad que destruyen, luego enferman y finalmente matan al hombre y la mujer sin distinción de clase, religión, genero o tendencia política, solo la desaparición física con mucha pena y sin ninguna gloria, por cierto.

Me pregunto en este mensaje de angustia, por lo que veo y escucho constantemente entre mis coterráneos, ¿Odian los capitalistas a Einstein, por sus tendencia socialista u odian los socialistas a una Ayn Rand, por sus best sellers pro capitalistas? ¿Odian los estadounidenses y bolivianos blancos a Obama y Evo Morales por su color? ¿Tendremos que odiar los chavistas a Simón Díaz y su “caballo viejo”, a Lila Morillo y su “Cocotero”, a Oswaldo Guillen o Carla Angola?

Por supuesto que no. No debemos dejarnos llevar por la influencia malsana de cuatro locos regados por allí, sin paz y sin patria y conversar el tema político con amigos sin enojarse, puesto que la idea de democracia se sustenta en los valores de la tolerancia y el pluralismo, y lamentablemente la política como la matemática, es parte de la vida misma.

Declaro en nombre de Dios, una campaña global contra la intolerancia, erradicar de nuestra idiosincrasia, la individualidad y el rencor, sumar corazones a la causa del amor y unirnos en arrulladora sintonía como lo hace Dudamel en sus conciertos, como lo hace Maldonado en pistas extranjeras, como lo hace la vinotinto tiñendo de patriotismo las gradas o como lo hizo Miguel Cabrera con una triple corona.

Mientras tanto la pelota seguirá rodando entre nosotros, en el beisbol, en el futbol y en la política. No permitamos que los locos del estadio nos confisquen el juego: La patria.





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