Ese
Simón que hoy nombras en tus espacios, el que utilizas como lámpara de un
supuesto camino, es un Simón mantuano, cargado por esclavos en finos carruajes,
es un Simón cualquiera de tu generación
oligarca y explotadora, es un Simón
envuelto en bandera extranjera y en sepulcro de plomo maniatado. Tu Simón
tiene fino ropaje y apartamentos en new york y cuentas en Miami, ese Simón es
como tu bandera de 7 estrellas y color negro, no representa pueblo sino dinero,
es como tu escudo, un caballo blanco frenado, anhelando al amo que lo espuela,
ese Simón de tu campaña electoral, es un Simón derrotado, porque es un Don Simón
que el pueblo aborrece y que aunque quiera parecerse a Bolívar, ya el
Comandante Hugo Chávez cabalga hace rato
con el mismísimo Libertador camino a las nuevas victorias que nos depara la
patria.
Nuestro Simón Bolívar, es la figura más
influyente de la revolución venezolana, cuyo faro inspirador por sus luchas de
libertad e independencia fue sublimemente rescatado por Hugo Chávez para
continuar su invicta conducción del pueblo hacia su definitiva victoria.
Nuestro
Bolívar está en cada discurso de Hugo Chávez, en cada logro de su gobierno, en
cada frase de amor de sus hijos libertados, desde los Simoncitos hasta el amor mayor. Simón Bolívar volvió a cabalgar junto a mi Comandante para ganar más
batallas, para consolidar victorias pendientes y disipar angustias pasadas y en ese porvenir legado
por ambos, se desmarcan los dos Simones, el disfraz de los escuálidos y el gigante
caraqueño que nos enseño a amar el Comandante Hugo Chávez Frías.
#Chávez
vive, la lucha sigue
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