Cuando vemos a
“compatriotas” haciendo todo los esfuerzos humanos y a veces sobrehumanos, para
salir de gira por el mundo como embajadores de mala voluntad, con la única
finalidad de desprestigiar,
descalificar, calumniar, agredir y anteponer todos los adjetivos destructivos
sobre la realidad de un país en el lobby gratuito mas insólito del universo, no
podemos mas que pensar, que esta extraña clase de ciudadanos no tiene patria.
Comenzamos a entender la irreconciliable relación entre la derecha y la
izquierda, el socialismo con el capitalismo, el rico con el pobre, la verdad
con la mentira, la traición con la lealtad, la política con la anti política,
los valores con los anti valores, la democracia con la autocracia, la guerra
con la paz y la clase trabajadora con la burguesía. No hay termino medio, no
hay dialogo que valga, aunque parezca desesperanzador, porque así no existieran
imperios entre estas dicotomías, siempre la clase dominante buscará la
hegemonía, anteponiendo sus intereses y su esencia personalista e
individualista a cualquier forma humana de convivencia pacifica entre las
especies, porque su depredador instinto de supervivencia, amenaza no solo a los
seres humanos, sino la vida del planeta como lo conocemos.
Nos la pasamos
echándole la culpa al imperio tal o cual, pero la razón de que existan las
guerras, el hambre y la destrucción del hombre por el hombre es de los pueblos
mismos que eligen a sectores oligarcas para dirigir sus destinos y ponemos como
reza el argot popular, “zamuros a cuidar carne”. El mundo es una vitrina de
estos seres que en su afán de supremacía entre pueblos, no se detienen
aplicando antiguas estrategias de dominación colonialista, ayer, sobre caballos,
ferrocarriles, con lanzas o mosquetes y
hoy, sobre aviones supersónicos, drones y ametralladoras, en ambas generaciones
montados en sus mismos medios de comunicación privados, antes, palomas
mensajeras y correos exprés, y ahora sofisticados satélites y redes
interactivas. Afortunadamente el mundo civilizado aprendió a utilizar sus
propias armas y nuevas generaciones de pueblos conscientes, abrazados a modelos
de vida alternativas se levantan.
El caso venezolano se
encuentra actualmente en el ojo del huracán, sin restarle importancia a Siria,
Bolivia, Argentina, Ecuador y tantos otros, que se rebelan al dominio imperial
y a la descarada aplicación de la mentira, el descredito y la traición de sus
propios habitantes en oposición y medios de comunicación privados, que aliados
a fuerzas oscuras de naciones extranjeras prefieren la invasión, que convivir
con los sectores desposeídos rescatados por los gobiernos democráticamente
elegidos por la mayoría.
La oposición venezolana
no acepta su derrota el 14 de Abril del 2013 y aplica el gastado formato de
fraude, desconocimiento de las instituciones, desestabilizaciones,
agresiones, autocensuras y copiando
exactamente el programa de sus 14 años de oposición vacía, sin argumentos, con
escaso nivel de liderazgo y seriedad, salvo el proveniente de financiamientos
externos, comienza el año con los trillados intentos de obtener la aplicación
de la carta democrática para su país.
Así vemos, a la par del
Presidente Nicolás Maduro, que comienza una exitosa gira por el continente
hacia gobiernos como Argentina y Uruguay y prosigue una política de
entendimiento y nuevas alianzas e intercambios comerciales, afianzando la
credibilidad en Venezuela, la oposición emprende una gira muy singular por Estados
Unidos para reunirse con sectores antinacionales como Israel y otros
conspiradores en Miami, haciendo uso de toda su frustración electoral. Ya no
podemos seguir utilizando el apelativo de “traidor a la patria” para referirnos
a ciudadanos nacidos en Venezuela, pero que ansían otra nacionalidad y para
obtenerla son capaces de morir defendiendo
intereses extranjeros. Este tipo de personaje hace tiempo dejó de ser
venezolano, para ellos, ser nombrado traidor a la patria es un pasaporte exprés
para la Green Card, es sentirse orgulloso de ser “cachorros del imperio” , como
dijese un burgomaestre zuliano de la oposición, entonces podemos entender, sus
amplias sonrisas a través de sus medios de comunicación, al codearse con la CIA
y el Mossad.
Señor opositor, dígame,
¿Quien es el traidor, el que anda por el mundo construyendo patria o el que
apuesta al fracaso o una invasión extranjera?
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