En otros tiempos, esta
frase utilizada por el Comandante Chávez reflejaba aquel manual del socialismo
construido sobre la marcha, sin copia ni calco de otros intentos de revolución
y basado en la realidad de un país monoproductor como el venezolano que gritaba
libertad desde el año 58 y que buscaba un cambio, traicionado en su fe por el pacto de la derecha, especialista en
mimetizarse entre tonalidades verdeamarela hacia rojo.
El comandante supremo,
enfrentó la tragedia de dirigir los destinos de una Venezuela cuyo sistema
eléctrico dependía casi totalmente de un rio, sus campesinos habían migrado
hacia las grandes ciudades, su mayor entrada dependía exclusivamente del
petróleo, sus empresas estratégicas pertenecían a consorcios extranjeros, sus
empresarios y medios de comunicación representaban intereses foráneos, y apenas
había dinero en la caja chica para pagar sueldos y salarios. Toda una tragedia camarada.
Cumplir a rajatabla
aquella consigna, enfrentando golpes de estado y desestabilizaciones a cada
paso contracorriente, era de por sí extraordinario, pero dialogar con sectores
opositores con la espada de Damocles en ciernes y finalmente una terrible
enfermedad, fue la detonante de un desglose necesario de aquella utópica frase,
que continúa mutando hoy hacia otros sueños y realidades, bajo la conducción de
Nicolás maduro, enfrentado a los mismos demonios de Chávez y que reclama un golpe de timón hacia nuevos
derroteros de bienestar, en tiempos de tempestades. No se trata de claudicar en
el rumbo socialista o sucumbir ante las adversidades, pero llegó la hora de
dialogar con el mismo crucifijo del comandante supremo como testigo, con los
sectores opositores serios del país que apuestan a la convivencia, a la paz y
al desarrollo. Los plausibles acercamientos a empresarios y medios de
comunicación deben ser deben ser apoyados por todos los revolucionarios que
queremos patria, que queremos socialismo y que anhelamos vida y no muerte.
Derrotemos de una vez y para siempre a ese grupito de apátridas, que juegan a
diario con la tranquilidad de los venezolanos, buscando prender la mecha, que
explote la patria y repartirse los pedazos con los halcones del norte o los
zamuros de orilla de Latinoamérica y Europa.
Dejemos que ladren tirios
y troyanos, la patria es primero muchachos, la patria es primero muchachos……
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