Es comprensible, que en
el mundo de la política y el espectáculo sea casi un manual del fabricante,
recurrir a ciertos sensacionalismos o recursos mediáticos en plena era
cibernautica globalizada, para trascender o publicitar un producto en decadencia, pero
de allí a montarse en desgracias ajenas, la muerte, las enfermedades, el fin del
mundo, asesinar o promover el magnicidio, etc. escapa a las mas increíbles armas
de destrucción del ser humano, creadas y patentadas, por en otrora, los
paparazzi como los que han causado muertes como la de Lady Di, accidentes, como
la victima reciente de Justin Bieber, separaciones matrimoniales del medio artístico,
atacar debilidades o inventar potencialidades inexistentes, fabricar defectos o
esconder virtudes de una persona y un sinfín de aberraciones de la competencia
publica mas baja del ser humano, para finalmente obtener un resultado a costa
de lo que sea o quien sea.
Esto mencionado
anteriormente, es propio de nuestra esencia humana deshumanizada en ese mundo
globalizado cada dia mas lejos de Dios y mas cerca del infierno capitalista,
donde mas importa el billete verde, que el planeta verde. Con las nuevas tecnologías
cibernauticas como twitter, facebook, you tube entre otras, salir del anonimato
es cuestión de un click, ya sea volándose los sesos en vivo, para ganar fama, ofrecer
virginidades para ganar dinero, atacar a un artista o político conocido, para
vender discos o simplemente ganar publicidad gratis, no importando cuan
asquerosa sea la estrategia mercadotécnica utilizada.
Artistas como Willy
Colon, Alejandro Sanz, Olga Tañon, Juanes, Miguel Bosé, unos consagrados y
otros decadentes, en la búsqueda de
mantenerse de moda o volver a élla, ganar nuevas plazas para sus presentaciones
o congraciarse con los imperios, dilapidan seguidores y menosprecian fanaticadas
vendiendo su alma al diablo por un puñado de dólares o euros, al arremeter
contra un ser humano como el Comandante Hugo Chávez, que representa millones de
seguidores y no por twitter
precisamente.
#Yo soy Chávez.
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